MANUEL BUENDIA
Arte contemporáneo
Hacer un análisis objetivo sobre el arte contemporáneo, sin
caer en tópicos ni en delirios pseudointelectualoides, se convierte de entrada
en una empresa difícil, el propio código imperante actual nos empuja a caer en
la vehemencia y a tomar posturas extremas, cada día que pasa se hace más
difícil el rigor desapasionado, y al mismo tiempo estamos demasiado
acostumbrados a sacar los discursos fuera de contexto. No obstante un servidor
hace tiempo que se puso el impermeable protector, y la corrección política se
la dejo a los que tienen mucho que perder.
Para poder entender el arte contemporáneo es preciso conocer
toda la evolución del arte moderno desde sus inicios, así como su evolución
sociológica. El convulso siglo XX trajo consigo varias etapas en la historia
del arte que podríamos dividir en cuatro por los importantes hechos ocurridos.
La primera etapa es la de las grandes vanguardias, y su
periodo se situaría entre el comienzo del siglo y el final de la primera guerra
mundial. Este periodo sería el de la continuación y culminación de los
movimientos artísticos de finales del siglo XIX como consecuencia de la
revolución que supuso el Impresionismo. En la primera parte ya hablamos de los
"ismos" postimpresionistas: Nabis, Faubistas, Expresionistas, Cubistas,
Futuristas, Dadaistas, abstractos, etc. Es la edad dorada del arte moderno,
cuando todo estaba por hacer.
El periodo de entreguerras trajo el afianzamiento y
evolución de éstos movimientos a los que se unieron el Surrealismo, los
Metafísicos, los constructivistas y los Naif. La aparición de todos estos
movimientos vino acompañada casi siempre por sus manifiestos, muchos de ellos
tenían una carga intelectual e ideológica y eran aglutinadores de distintas
disciplinas, quizá el más importante pudo ser el Surrealismo, movimiento que se
extendió también a la literatura, el cine o la fotografía, hablamos pues de
Movimientos y no de Estilos. Es en esta época donde emergen las figuras de los
críticos de Arte y los galeristas en calidad de Oráculos, portadores de los
grandes secretos acerca del arte moderno.
Éste periodo de entreguerras estuvo marcado, por un lado por
la ascensión al poder del Fascismo en algunos países europeos, así como por el
afianzamiento del sistema Socialista en la Unión Soviética, por el otro. Fuera
del sistema Capitalista el arte soviético evolucionará por derroteros distintos
al resto, aunque el Constructivismo nace allí pronto se exportará, ya que sus
propuestas estéticas encajarán en el sistema occidental de tal manera que
evolucionará hacia otros caminos, y será clave para la aparición posterior de
otros movimientos como el Op-art y el Arte Cinético.
Pasada la contienda, mientras la vieja Europa desgarrada se
lame las heridas, el centro mundial del arte se traslada de París a New York,
el sistema hace del Arte Moderno un producto financiero más. Aún surgen algunos
movimientos que aportarán algunas propuestas estéticas, y así surgirá el
Expresionismo Abstracto que en Europa se llamará Informalismo, el Pop Art, y
los antes citados Op Art y Arte Cinético. Las galerías de arte de N. York
destilarán vanguardia y poco a poco se harán con el control intelectual del
Mercado del Arte.
Llegada la década de los 60, los artistas plásticos se
encuentran con la terrible realidad de que no hay ya nada nuevo que aportar. Un
siglo de continuas aportaciones evolutivas ha agotado todos los recursos
estéticos. Podemos considerar pues que lo que llamamos Arte Contemporáneo es
todo aquel hecho a partir de la década de 1960.
El artista contemporáneo se encuentra con un panorama
desolador. Con todo un Mercado creado en torno al Arte, en la dinámica propia
del Mercado está la única idea de la originalidad, sólo siendo original podrás
acceder al Olimpo del Arte Contemporáneo.
Después de un siglo de continuas apariciones de propuestas
rompedoras, en la actitud natural del artista está la búsqueda de la
originalidad, y ésta sólo puede aparecer por dos vías muy distintas. Proponer
nuevos conceptos fuera de la pintura a partir de la tecnología y otras
disciplinas, o la revisión de los distintos estilos buscando un lenguaje
propio.
La presión ejercida por los Gurús del Arte y del propio
Mercado incide en la idea de que "la pintura ha muerto", y que los
últimos movimientos han sido la larga agonía de una enfermedad incurable, por
otro lado se empieza a hablar del Arte Conceptual en el que lo importante es la
Idea y no el Estilo.
Aparecen nuevas propuestas que aúnan distintas disciplinas,
y las galerías de arte en muchos casos dejan sus paredes vacías para acoger sesiones
de Happening, Performances, Body Art o Instalaciones.
Estas propuestas por otro lado no encajan en el Mercado de
los coleccionistas privados, y su auge se debe al llamado Estado del Bienestar;
Surgen Museos, privados y Públicos, y Fundaciones creadas por las grandes
corporaciones, con fines exclusivamente fiscales, que empiezan a consumir Arte,
estas instituciones echarán mano de los Críticos y Galeristas como asesores
para gestionar sus compras, y de pronto la modernidad se democratiza, el público
más o menos culto se deja llevar, y da por hecho la supuesta calidad de las
obras expuestas sin plantear dudas sobre algo que no comprende, se llega
entonces a la perversión indecente ejemplificada en el artista Piero Manzoni
con su Merde D´artiste, exponiendo unas latas de conserva que contienen sus
propios excrementos.
Por otro lado las galerías tienen que seguir vendiendo a los
coleccionistas privados, de los que una gran parte de ellos compran también por
motivos especuladores más que por pasión o afición.
A pesar de los mensajes que anunciaban la muerte de la
pintura es necesario vender cuadros y llenar las paredes de las salas. De
pronto esas paredes empiezan a llenarse de fotografías, a pesar de que desde
principios del siglo XX éstas suelen aparecer en las templos del Arte, su
presencia no era proporcional a su importancia, pero por fin esta nueva
disciplina está donde debería haber estado hace mucho tiempo.
Por supuesto que la pintura no ha muerto, lo único que
ocurre es que se hace necesaria una revisión profunda, y la aportación que hace
al Artista Plástico actual es mucho más personal olvidándose de propuestas
colectivas.
En este panorama un tanto caótico, donde la búsqueda de la
originalidad se convierte en dogma, se da una circunstancia nueva en el
panorama artístico, y esta circunstancia es que el criterio se ha desvirtuado
tanto -por la voraz demanda de un producto especulativo financiero- que se
cuela mucha basura, tanto conceptual como artística, y el público snob no se
atreve a denunciarlo.
Por otro lado el arte se ha convertido definitivamente en un
producto financiero y en un negocio muy jugoso, la fórmula consiste en comprar
obras de artistas emergentes que estén avalados por los nuevos brokers, es
decir: los críticos.
Son inversiones seguras, porque multiplican su precio en
poco tiempo, y en muchos casos artistas jóvenes e inexpertos entran en la
vorágine de la producción descerebrada deslumbrados por el éxito, un éxito que
alimenta egos y que enriquece a galeristas, críticos y coleccionistas.
Cuando llega la crisis y explota la burbuja se descubre la
estafa; el mercado ha especulado con el arte de tal manera que llega el Crack,
y la mayoría de las obras de arte contemporáneo no son sino otras Acciones
Preferentes más. Los coleccionistas se encuentran con obras por las que han
pagado un dinero desorbitado y ahora no valen nada, por lo que el mercado del
arte pierde todo su crédito, las galerías de arte empiezan a cerrar y sólo unos
pocos coleccionistas -los más poderosos económicamente- siguen invirtiendo,
pero esta vez lo hacen en obras de artistas de los que ya aparecen en los
libros de historia.
La gran crisis actual ha condenado a los artistas a la
miseria; a los buenos y a los malos, y la solución está en un callejón sin
salida.
No obstante el panorama artístico actual está emergente, la
aparición y consolidación de las redes sociales hace que la obra de cualquier
artista pueda ser vista en todos los puntos del planeta y eso hace que éstos
produzcan e intenten superarse, hay una tendencia progresiva a la vuelta de la
figuración, y la calidad va subiendo, ya que la gran competencia existente
obliga a ello. Estamos pues ante una nueva perspectiva, el mercado del arte
está cambiando las reglas, ahora se trata de crear nuevos consumidores que
tengan criterio propio, vender a los que realmente aman el arte, y puede que
así los artistas podamos por fin ser los actores principales de la representación
con un público a su altura.
Manuel Buendía - artista plástico
Yo he de añadir algo mas a lo que escribe mi buen amigo Manuel Buendía. Yo me refiero mas en concreto al trato que recibimos los artistas por parte de las galerías o mejor dicho a los galeristas.
Esas personas que montan un negocio llamado galería y en el que se dedican a vender obras de arte.
En cualquier empresa o negocio hay dos partes, el suministrador de productos o materia prima y el que se dedica a llevarlos al público o clientes para que se lo compren.
No me imagino yo al señor que monta una cafetería diciendo a Coca Cola o a cualquier otra marca de cervezas que le tienen que pagar por vender sus productos. No me imagino yo a esta persona maltratando a los representantes o comerciales de esas marcas.
Mas bien Coca Cola o cualquier otra marca de refrescos, cervezas, etc. le exigen a esta persona un aval bancario para así completar un contrato de suministro de servicios.
Pues bien los galeristas nos maltratan a los artistas. Cuando llegas a su galería y les dices que eres un artista se les tuerce el gesto y poco les falta a algunos para no echarte a patadas.
Si les mandas un correo electrónico dándote a conocer o pidiendo información sobre las condiciones económicas para exponer y vender, lo habitual es no recibir ni el acuse de recibo.
Esto se llama MALA EDUCACION y FALTA DE RESPETO.
Luego además está el que pretenden cobrarte una cantidad importante de dinero por exponer, un porcentaje muy significativo por las posibles ventas y que además seas tu quien les lleve los clientes.
Por suerte existe internet que nos abre las ventanas del mundo de par en par y no tenemos que aguantar a estos groseros, mal educados y chupa sangre.
Yo me alegro que muchas de estos galeristas endiosados vayan cayendo poco a poco y que tengan que cerrar.
Gracias INTERNET.
Fdo. José María Madrid
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